En el carretero de la muerte, un joven se
encuentra moribundo luego de ser agredido por dos vagabundos que solo
minutos antes eran sus compañeros de borracheras. Tiene una hemorragia
interna. No hay prácticamente esperanzas de ser salvado. Es de noche, se
encuentra oculto en el jardín de la iglesia, y a pesar de que hay mucha
gente en la calle por ser la noche de San Silvestre y estar sonando las
campanas que dejan atrás el año viejo, nadie penetra en el jardín.
Apenas el reloj ha lanzado la última campanada de la media noche, un
rechinamiento se deja oír, como provocado por una rueda mal engrasada.
No tardó mucho en darse cuenta que el sonido no es otro que la carreta
de la muerte, la cual esta dirigida por el carretero, y aquí lo invade
el miedo al recordar que el conductor no es siempre el mismo, sino el
último hombre que muere en el año, aquel que entrega su alma al sonar la
última campanada de las 12 de la noche. El reloj lanza la última
campanada.
Selma trabajó toda su vida con un estilo narrativo que tendía a difuminar los límites entre el sueño y la realidad. Esta particular forma de fantasía, que en esta autora siempre mezcla lo sobrenatural con la crítica social, es particularmente notable en "El carretero" (Körkarlen) (1912), que cuenta la historia de un hombre que muere en la noche de Año Nuevo y debe manejar el carro de la Muerte durante todo el año siguiente.
Selma trabajó toda su vida con un estilo narrativo que tendía a difuminar los límites entre el sueño y la realidad. Esta particular forma de fantasía, que en esta autora siempre mezcla lo sobrenatural con la crítica social, es particularmente notable en "El carretero" (Körkarlen) (1912), que cuenta la historia de un hombre que muere en la noche de Año Nuevo y debe manejar el carro de la Muerte durante todo el año siguiente.
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